20140610

Easy come, harder go

Hoy he pensado mucho en Omar, y ahora mismo me acabo de acordar de cuando el año pasado, cuando acababamos de conocernos, solía hablarle para subir a su casa los sábados mientras estaba de fiesta.
De hecho recuerdo que un día deje a Laura tirada por irme con el. Qué tiempos.
No me importaba una mierda arrastrarme, recuerdo ese tipo de conversaciones con ella.
Me decía: Mathias, no te arrastres, y yo lo hacía, y con todo el gusto...
Por lo menos los polvos valían la pena.
Un año ha pasado ya, como corre el tiempo, y aquí sigo, dedicándole días enteros a su persona.
Buf, puede decir lo que quiera, actuar de la forma que quiera, pero sé que cuando estábamos juntos había una magia en el aire, lo sé.
O también puede ser que el fingiera portarse como se portaba para que yo me imaginase justo eso.
De todas formas, y aunque no haya salido como yo hubiese querido, le tengo y tendré mucho aprecio y cariño, al margen de todo lo demás.
Me ayudo varias veces justo cuando lo necesitaba.
Una de esas fue un día en el que me sentía como hoy, pero un poquito peor, y sobre las 2 de la madrugada decidí llamarle porque o hablaba con el o explotaba.
Hablamos un rato, yo lloré como una magdalena, el me escuchaba resignado.
Me sentí tan aliviado después de hablar con el.
Tampoco se me quita de la cabeza el día que le traje a casa...
Pero bueno, ahora lo que toca es estudiar, que mañana tengo 2 exámenes teóricos, los últimos de este curso.
Deséame suerte.